El cobre, que representa el 90% de las exportaciones de minerales chilenos, es fundamental para que nuestros dispositivos móviles funcionen como minicomputadoras.
La conectividad es parte esencial de nuestra vida y, como consecuencia, la cantidad de teléfonos inteligentes sigue al alza. En Chile, hay más de 21 millones de smartphones, según datos de la Subsecretaría de Telecomunicaciones. Esto no sólo muestra un aumento en el uso de nuevas tecnologías, sino también la alta demanda de recursos para fabricar y que los dispositivos funcionen.
Un teléfono inteligente contiene alrededor de 40 minerales distintos, siendo el cobre uno de los más importantes. Este mineral es crucial para los cables que conectan los componentes del teléfono, gracias a su capacidad para transmitir electricidad y calor.
Álvaro Castro, director de Tecnología Aplicada en INACAP y adherente de Compromiso Minero, explica: «El cobre permite una transmisión rápida y eficiente de electricidad, esencial para los datos e información en nuestros teléfonos. Su alta conductividad, durabilidad y costo efectivo son claves en la fabricación de circuitos internos».
La producción responsable de minerales, como el cobre, es esencial para que podamos seguir disfrutando de las redes sociales. Tanto es así, que se estima que un millón de celulares contienen unos 16.000 kilos de cobre.
Andreina García, investigadora del AMTC de la Universidad de Chile, también adherente de Compromiso Minero, añade: «El cobre es esencial para la transición hacia la carbono neutralidad y el desarrollo de energías limpias, como la eólica y solar. También se usa en autos eléctricos y dispositivos electrónicos. Chile, como gran productor de cobre, es clave para satisfacer la demanda global de este mineral en la transición hacia energías limpias y la digitalización».
Este metal rojizo no solo es un excelente conductor de electricidad, sino que ha posicionado a Chile como líder mundial en su producción. La creciente demanda en la industria tecnológica abre nuevas oportunidades y plantea desafíos en sostenibilidad, que la minería chilena está enfrentando gracias a innovaciones en sus procesos productivos.